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jueves, 28 de marzo de 2013

Asociacionismo y BDSM.

Hace tiempo discutí en este mismo blog (digo discutir, pero tiene que entenderse dicutir en un ambiente cordial y de amistad, claro) sobre el concepto de comunidad BDSM. No voy a reabrir esta discusión por enésima vez, y en consecuencia, no lo voy a hacer, pero sí que vengo a hablar de algo que tiene cierta relación, el asociacionismo en el BDSM.

Entiendo que mucha gente prefiere vivir el BDSM de forma estrictamente personal, como cualquier otro aspecto de la afectivo-sexualidad. Entiendo que mucha gente no sienta la necesidad de asociarse, como en cualquier otra faceta de la vida. Pero no podemos obviar la importancia que tienen las asociaciones BDSM en una sociedad en la que aún se discrimina a las personas por sus gustos sexuales. Habrá quien diga que nunca fue discriminado por sus gustos sexuales, perfecto, yo tampoco fui discriminado nunca por eso (y espero que así sea siempre), pero ello no me impide ver que sí existe ese tipo de discriminación, y sí que soy capaz de ver cómo gran parte de la sociedad necesita aún de una labor pedagógica en torno al BDSM y a las sexualidades alternativas.

No es la primera vez que digo que durante muchos años mi relación con el BDSM se limitó al visionado de pornografía relacionada con esta temática y a mis propias fantasías, pero nunca pude pensar en hacerlas realidad más allá de juegos esporádicos de cama. Esto cambió cuando entré en el chat de ACA BDSM y empecé a relacionarme con las personas que habituaban este chat, hasta que, no sin una lucha interior, acabé por asistir a un café de los que organiza esta asociación, después a fiestas... y hoy procuro no perderme ningún evento. Mucha gente conoce (ya en el mundillo BDSM, ya fuera de él) personas que les apoyan, les guían y les enseñan cómo andar en este mundillo que no siempre es fácil de andar. Otros no tenemos esa suerte y es acercándonos a asociaciones como descubrimos la manera de andar, donde conocemos a esa gente que nos puede ayudar y donde, a menudo, encotramos asesoramiento legal y ayuda en problemas que pueden surgir. Además de poder asistir a charlas, talleres... que nos son útiles a la hora de llevar a la práctica determinadas cosas. Por no hablar de fiestas, cafés, reuniones... que no se organizan solas. Evidentemente una fiesta o un encuentro se puede organizar sin falta de una asociación detrás, pero la actividad regulada, reglamentada, contínua y organizada, creo que nunca está de más.

Recientemente leí con sorpresa que no existen asociaciones BDSM en el estado español, tan sólo grupos pequeños en áreas periféricas. Podríamos abrir un debate denso y arduo sobre qué es la periferia y sobre las dinámicas centro/periferia, pero como pretendo que este blog se ciña sólo a cuestiones bedesemeras no voy a abrir un debate que sobrepasa con mucho el BDSM, aunque, visto lo visto, también nos influye. Sencillamente hay que aclarar que en Asturias, y en otros puntos del estado existen asociaciones BDSM, con mayor o menor actividad, cada uno según sus posibilidades. Por ceñirnos a Asturias (que es el trocín de mundo desde el que me comunico), hay que entender que en una población de aproximadamente 1.000.000 de habitantes, con la población más o menos repartida, la capacidad de llegar al conjunto de la población siempre será menor que en Madrid, Londres o Berlín. Evidentemente aquí no podremos hace lo que hacen en Berlín, eso es de perogrullo. Pero sería injusto considerar que en Asturias no existe BDSM, que no hay actividades BDSM y que no hay asociaciones BDSM. El último punto simplemente no es discutible, o las hay o no las hay, independientemente de su actividad. Y en este caso, existe al menos una asociación legalmente establecida. El resto de los puntos, supongo que habrá quien los pueda discutir, creo que en el momento que alguien se reivindica como partícipe de la comunidad BDSM (comunidad, mundillo... como queráis llamarlo) podemos estar hablade de que existe BDSM en Asturias. 

No, este post no tiene como objetivo loar las virtudes de tal o cual asociación (supongo que de querer hacerlo, estas asociaciones ya tienen sus propios espacios de comunicación), pero sí que quiero llamar la atención sobre la inexactitud de quien afirma que no existen asociaciones BDSM en el estado español.

Creo, y esta es una opinión con la que cada cual podrá estar de acuerdo o en desacuerdo, que como personas que vivimos en una colectividad no nos queda otra que trabajar en conjunto si queremos que algo salga adelante. Las fórmulas son miles, millones, por supuesto, y no toda forma de trabajo tienen que pasar por una fórmula única. Habrá quien prefiera trabajar por algo desde una asociación, otros que prefieran hacerlo desde un grupo de amigos, otros en solitario e incluso los habrá que prefieran no hacerlo. Todas esas opciones son muy respetables. Personalmente creo que todas las fórmulas expuestas son válidas y tienen resultados, si bien considero que cualquier trabajo en solitario se hace especialmente arduo y quema más a quien lo lleva a cabo. Por otro lado, el trabajo en solitario muchas veces lleva a que cada uno trabaje parcelas aisladas sin llegar a interconectarse con otra gente que trabaja lo mismo (si bien es verdad que las redes sociales nos ayudan mucho). La diferencia fundamental que me parece que aporta una asociación respecto a un grupo de amigos es la personalidad jurídica. Es decir, una asociación es, en toda regla, una persona jurídica, y ello conlleva unas responsabilidades. Por ejemplo, si un grupo de amigos organizamos una fiesta y uno de ellos resulta herido por una mala práctica BDSM (por decir un algo, le hacen una suspensión y le dislocan un hombro), siempre  podemos encontrarnos con problemas a la hora de dirimir responsabilidades, mientras que habiendo una persona jurídica detrás, esto se facilita. Además, una asociación siempre tiene un acceso mayor a la hora de ofrecer asesoría jurídica, médica... y su condición de asociación siempre te aporta unas garantías básicas. 

Por otro lado, aunque sabemos que las asociaciones dependen en gran medida de la voluntariedad de sus miembros, y que la gobernabilidad de la asociación depende en gran medida del buen rollo que haya entre sus miembros (una asociación en la que sus miembros se lleven a matar difícilmente sacará nada adelante), el hecho de formar una asociación siempre genera un compromiso mayor, una suerte de deber para con el ente asociativo que permite coordinar mejor a las personas. Al menos, así debiera ser.

Evidentemente una asociación nunca va a poder hacer todo lo que le gustaría, ¿quién puede? Nunca va a llegar a todo el mundo, claro, pero quizá no deberíamos olvidar que muchas personas echan mucho tiempo en normalizar el BDSM, en organizar charlas, fiestas, eventos... Algunas de esas personas lo hacen desde asociaciones, otras no. En todos los casos, personalmente debo mucho a todas las personas que trabajan por ayudar a los que vivimos el BDSM, quizá sin ese trabajo desinteresado y altruísta, yo no estaría viviendo hoy el BDSM, quizá no sabría cómo llegar hasta aquí y conocerme, poco a poco, más a mí mismo. A esas personas, gracias.



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