«¿Qué es lo más
humillante?»
me preguntabas
hace tanto tiempo,
incluso antes de
yo conocerte,
antes de morir de
quebranto, sin aliento
ante tu mirada
felina, transparente,
la que soñé en un
agitado sueño violento
en el que, onírica
y sádica, penetrabas mi mente
al tiempo que,
sumiso, insumiso, despótico, agotaba yo mi tiempo.
Comer pollas,
tragar lefa, beber orina,
ingerir los
asquerosos guisantes o las heces,
bofetadas,
travestismo, animalismo,
todas esas cosas,
todas, me dan lo mismo,
sólo una, una
sólo, lo supera todo con creces,
arrancarme de tu
seno, devolverme a mi triste rutina.
Tú bien sabes que
es en este guiñol de vida
tu marioneta el
único papel que quiero tener
y sueño con que los
hilos de tu mano bailen.
Quiero yo soñar ser
en tu sala
tu objeto, tu
reposo, tu escabel,
ahí donde reposas
los pies de tu poder.
Que de tus manos
los dedos me respiren
sobre el cuello
colocándome el cascabel.
«¿Qué es lo más
humillante?»
me preguntabas
hace tanto tiempo,
incluso antes de
yo conocerte.
Con todo, sueño
que para mí era la pregunta,
incluso en aquel tan
lejano momento,
en el que mi
mente yacía difunta.
Para mí era
aquella pregunta humeante
de fuegos aún no
encendidos a mi suerte,
de lazos futuros,
de sueños presentes,
de fustazos
soñados y azotes ausentes.
Tus ojos celestes
mirando sin verme,
tu mirada oculta
sobre este cautivo,
tu ausencia presente
hasta en mi olvido
y en el espejo
mirarme el alma imberbe.
La mayor
humillación,
despertar de mi
sueño
como un Pinocho
falaz
entre tanta
confusión,
cortados tus
hilos de empeño.
Esperando, quizá,
aunque sea de forma fugaz
despertar en lo
único cierto, tu función.
Arrodillarme en
ti, desnudo de mí y de mi humillación.
Precioso...
ResponderEliminarGracias, nim, me alegra que te guste :) Tengo que decir que me inspiré en algo que leí hace poco, así que el mérito no es todo mío ;)
EliminarTodos nos inspiramos en cosas, pero no todos tenemos la capacidad de transmitir esa inspiracion :)
ResponderEliminarJajajaja, eso es que tú me miras con buenos ojos, nim ;)
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