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miércoles, 16 de octubre de 2013

Aprender de los errores.

Dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. Y según esta afirmación, algunos somos más animales que otros. Porque no falla, uno se promete a sí mismo no tropezar más con esa piedra y acaba tropezando. Y a base de tropezar acaba dejándose mucho en el suelo en el que cae. La dignidad, lo primero, porque hay errores que son errores, de esos que todos podemos cometer, y otros que sacan a la luz todas tus miserias, que no son pocas. Te dejas la esperanza, no pocas veces, de aprender a no cometer esos errores. Las ilusiones, los sueños, esos sueños que poco a poco mueren, ésos que ves cada vez más lejano, ésos que son el recuerdo de tiempos en lo que tenías razones para soñar. Te dejas personas, personas muy importantes en tu vida a las que apartas sin saber por qué.

Y te levantas una y otra vez dispuesto a aprender de los errores. Y no aprendes. Y quedan promesas en el aire que ya no le importan a nadie, ni siquiera a ti mismo. Y queda un gran rencor, y sueños rotos. Y te caes, una, otra, y otra vez. Y vuelves a hacer un esfuerzo por levantarte, preguntándote si de verdad merece la pena levantarse. Y ves todas las razones que hay para levantarse, y las que hay para no hacerlo. Y realmente las razones para levantarte te parecen cada vez más lejanas, las razones para quedarte en el suelo parecen realmente más amables. Y te levantas.




8 comentarios:

  1. Tantas veces creo que hemos de tropezar y levantarse... tantas... yo creo que lo importante es identificar la piedra para intentar no tropezar de nuevo en ella.... aunque otras piedras encontraremos en el camino ... asi que creo que lo que hay que hacer es similar a cuando llueve y vamos por la calle.. ¿Qué hacemos? pues abrimos un paraguas... a mi particularmente me ha servido encontrar una mano que cuando nos tropezamos se extiende para ayudarnos a levantarnos...
    Un beso!!

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  2. Tan solo hay que esperar que a la hora de levantarte haya alguien que te de su mano para seguir caminando. Y que tus fuerzas no te decaigan sigue la lucha

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  3. Muchas gracias a los dos por vuestros ánimos. Afortunadamente sé que por muchos golpes que me lleve, puedo contar siempre con las personas que siempre me dieron su mano y me ayudan a caminar cada día desde que empecé el camino. Un abrazo :)

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  4. Buenas tardes. Soy CelticSir. Como siempre, sigues escribiendo muy bien. Obvio que te levantes siempre, todos lo intentamos y todos volvemos a caer. El problema desde mi punto de vista, no es el caerse ni el levantarse; el problema son "LAS PIEDRAS" con las que tropezamos, que casi siempre son las mismas.Son "esas" piedras, pequeñas y mezquinas, que se nos meten dentro de las zapatillas. Incordian y molestan y si no te las quitas terminan haciendo herida. Esas "piedras", tienen nombres y apellidos y casi siempre son piedras a las que hemos aportado algo sin darnos cuenta que nada nos aportan. Y a veces, aunque no nos demos cuenta, somos nosotros mismos los que nos ponemos las piedras en el camino y no nos damos cuenta de quitarlas de las zapatillas cuando caminamos.
    Sigue levantándote pero mira de cerca esas piedras e intenta quitarlas de tu vida.

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  5. Realmente no creo que nadie pueda suponer una piedra en mi camino, exceptuándome, claro está, a mí mismo. No siendo mis propias contradicciones y mis pequeños problemas (no más grandes que los de cualquier otra persona) puedo decir que tengo la tremenda suerte de no tener piedras en mis zapatos. Aunque es cierto que algunas personas, como bien dices, con nombres y apellidos, lo intenten.

    Justo es decir que las personas que llevan a mi lado más de tres años (los que llevo en el BDSM) de forma ininterrumpida y a pesar de las posibles adversidades, también tienen nombres y apellidos, por todos conocidos. A ellos mis saludos.

    Quiero pensar que a quien se pone en mi camino aporto algo, no sin saber, sino sin hacer balance ni sopesar los "deber" y "haber", pues si a alguien aporté algo bueno, ahí tengo mi recompensa. Doy fe, porque puedo, de todo lo bueno que me aportaron las personas que me aportaron cosas buenas.

    Identifico las piedras, y no veo, realmente, ni nombres ni apellidos. Los veo en los escalones en los que me apoyo para avanzar. Y descubro, sin demasiada sorpresa, que son los que fueron siempre.

    Un abrazo.

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  6. Insistir en mi saludo y mi gratitud a los pegollos con nombres y apellidos que llevan tanto tiempo ayudándome a seguir en pie :)

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  7. Me alegro que sean escalones para ti, pero atención, no sólo se tropieza con las piedras. Caminando en la oscuridad inducida con buenas palabras es fácil tropezar también con los escalones, sobre todo, si son altos y altivos.Lo que me extraña es que a veces no nos demos cuenta que los escalones estan casi nuevos, porque nadie camina sobre ellos, y los que lo hicieron, decidieron elegir otro camino, tambien con escalones para avanzar, por supuesto, pero menos resbalidizos, más estables y seguramente bastante mñas respetables.
    El tiempo erosiona piedras y escalones, y tambien erosiona las mentes.

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  8. Creo que este post llamó a malentendidos a distintas personas. No voy a entrar en las razones por las que se dieron estos malentendidos, pero es obvio que así es.

    Tengo que aclarar, pues, que el post no trata sobre personas en particular, ni guarda relación con nadie (que no sea yo mismo) ni en ningún momento hace referencia a avenencias ni desavenencias con ninguna persona. Así, las razones que me llevaron a escribir este post son estrictamente personales e individuales, íntimas, por lo que no cabe hablar de piedras con nombres y apellidos, ni de distintos escalones.

    A pesar de que determinadas personas puedan suponer, y suponen de hecho, un pegollo para mí, un "escalón", no hay más escalones que los que uno mismo se construye, y los demás podrán ayudar más o menos, pero nunca nadie puede crecer por los demás. Si he de ser sincero, podría agradecer la oferta de escalones alternativos si no tuviese la extraña sensación de que esas ofertas aparecen y desaparecen, cual Guadiana, cuando posteo algo que puede hacer presuponer un desafecto a esas personas "con nombres y apellidos" a las que te refieres (aunque nombres y apellidos tenemos todos). Es sintomático que cuando hablo de caídas aparecen manos para ayudarme a levantarme... pero eso sí, siempre en oposición a otras personas (que, repito, nada tienen que ver con mi post).

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