Pincha y entra. ¡Hay que frenarlo!

viernes, 8 de febrero de 2013

Cuando echen la última palada de tierra.

Cuando echen la última palada de tierra
sobre mi cuerpo inerte y putrefacto
alguien me tendrá que explicar esta guerra
que llevo años librando contra mí mismo,
como un legionario de Roma, duro e insensato,
cruel, suicida, mentecato, alimentando el abismo
que separa mis sueños irreales de la realidad
insoñable, inalcanzable, incomprensible, triste.
La que separa mis sueños de los de tus ojos marinos,
en los que siempre intuí mis mundos mudos, de lealtad,
sumisión y entrega que no te di, como tú misma viste.

Alguien me tendrá que explicar la incongruencia
de volar arrodillado a tus pies, atado de tu cadena,
y caer atrapado cuando vuelo, sin sentido ni elocuencia,
insensato como un Ícaro suicida, despeñado en la pena.

Y alguien tendrá que decirme
cómo fui tan loco, tan subnormal
como para romper la cadena que, firme,
me ataba a ti, guardándome del vendabal
de penas, inseguridades, tristezas y sentimientos lacrimosos.

También de ojos lascivos, violentos, intrusos, impudorosos
que quieren arrancarme de mis manos tuyas,
atarme un collar anónimo y dejarme más roto,
aún más roto, con mis llorosas entrañas abiertas,
olvidando que sólo son tus pies, y no los de otro,
los que necesito besar, ante los que me necesito postrar,
sin los que no soy perro, sino sólo hombre,
hombre solo, sin sentido, ni rumbo, ni hogar.

Cuando echen la última palada de tierra
hay algo que nadie me tendrá que explicar.
Que en los cielos de tu rostro la mirada fue siempre tierna
y nunca hubo crueldad, por lo que jamás podré expiar
las veces que contra ti pequé, la penitencia en el pecado,
sin caer en que era tu cadena todo lo que había soñado.

Yo fui quien me hizo llorar,
quien te hizo sufrir,
quien te va a necesitar,
quien no te quiso mentir.

Cuando echen la última palada de tierra
sobre mi cuerpo inerte y putrefacto
he de llevar puesto sólo mi collar de perra,
buscarte en la otra vida, si no en ésta, con mi olfato
y mi sentimiento canino, y poderme tender
a tus albos pies luminosos, como soñé ayer.


    Imagen: Ver fuente.

2 comentarios:

  1. Uhm, se me pusieron los pelos de punta al leer este poema... creo que cada uno, según sus vivencias sacará sus propias conclusiones, aún así me ha encantado.
    Por cierto, no creas que olvido nuestra charla pendiente, ¿eh? jeje, a ver si te pillo pronto conectado.
    Un abrazo! :)

    perro ladrador {JD}

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias perro ladrador. A veces las propias vivencias hacen que uno se sienta decepcionado consigo mismo, pero de esa decepción supongo que habrá de salir la fuerza para mejorarse y para avanzar :)

    Suelo estar conectado en el chat todas las noches, así que ya sabes :)

    ResponderEliminar