Pincha y entra. ¡Hay que frenarlo!

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Tu silencio.

Tu silencio me ensordece
en las tinieblas más oscuras.
Mi corazón enmudece,
tornando los sueños penumbras.

Mas bien sé yo que aquí estás.
Mas bien sé yo que en lo fosco
tú me observas, me miras
con tu juicio sensato, sereno.
Y cada acto, indulgente, juzgas,
con benevolencia que no merezco.

De miedo, al soñar contigo,
tiemblo.
Miedo a perderme en el camino.
Tiemblo
de miedo y frío, tan débil.
Entonces tu mano me arropa,
onírica, blanca, suave, pétrea.
Cubriendo con su fuerza etérea
mi pequeña, castrada, inválida,
y, en pago, entregada, postrada, tuya
sumisa voluntad.


No hay comentarios:

Publicar un comentario